Las
Esponjas son los organismos
pluricelulares más primitivos que se conocen. Seres exclusivamente
acuáticos, asimétricos, carentes de órganos definidos
y de movimientos perceptibles, que durante mucho tiempo fueron consideradas
vegetales. La característica distintiva del grupo es su cuerpo
poroso. Si observamos con detenimiento distinguiremos dos tipos diferentes
de poros, unos pequeños y numerosos, los ostiolos,
por donde penetra el agua ,y otros, los ósculos
por donde sale después de recorrer una intrincada cavidad interna
recubierta de células especiales provistas de flagelos, los coanocitos.
Estos coanocitos y las corrientes que producen diferencian a las esponjas
del resto de los animales conocidos. El soporte esquelético,
el que da consistencia al cuerpo esta constituido por elementos duros
o espiculas. Las naturaleza de las
espiculas puede ser calcárea o silícea (esponjas duras)
o bien material flexible, la espongina.
En las esponjas no hay ni machos ni hembras, pudiéndose encontrar
en un mismo individuo óvulos y espermatozoides. Después
de la fecundación se forman unas larvas que salen por los poros
y nadan libremente durante algún tiempo hasta que se fijan en
el fondo. Nace de esta manera una nueva esponja, que se alimenta por
filtración de bacterias y restos orgánicos minúsculos
procedentes de la descomposición de plantas y animales.
Tanto la forma, como el color y el tamaño de las esponjas depende
en gran medida de las condiciones ambientales donde se desarrolla. Una
misma especie puede ser laminar y de color blanco si vive en grietas
con poca iluminación o bien masiva y coloreada en localizaciones
mas expuestas.
Se conocen aproximadamente unas 3000 esponjas que habitan en todos los
mares, profundidades y ambientes. En Canarias se han citado unas 70
especies, algunas de ellas exclusivamente macaronésicas. El biólogo
Tomás Cruz ha contribuido de forma
notable al conocimiento de este grupo tan diversificado.